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Puntos clave

  • Ante un paciente que acude a Urgencias con hipersomnia y somnolencia, será imprescindible la realización de una exploración física y neurológica completa.
  • Entre las pruebas complementarias iniciales se incluirá siempre: hemograma, bioquímica (iones, perfil hepático, renal y reactantes de fase aguda), gasometría (ácido láctico y amonio), tóxicos en orina y EEG si estuviera disponible.
  • La polisomnografía nocturna es el gold standard para detectar los trastornos respiratorios del sueño.
  • El test de latencias múltiples del sueño (TLMS) es la prueba gold standard para la valoración de la somnolencia. Se emplea fundamentalmente para el diagnóstico diferencial entre la narcolepsia e hipersomnia diurna idiopática.
  • El síndrome de Kleine-Levin o hipersomnia recurrente es un trastorno del sueño poco frecuente que afecta principalmente a varones adolescentes.
  • Este síndrome cursa con episodios de hipersomnia grave asociados a alteraciones cognitivas y conductuales. Los pacientes se encuentran asintomáticos entre los episodios.
  • La desrealización es uno de los síntomas más específicos, con sensación de irrealidad, un estado semejante al sueño, con percepción de los sentidos alterada.
  • No se conoce con exactitud la fisiopatología de esta enfermedad y por ello no existe tratamiento curativo en la actualidad.
  • Los pacientes muy sintomáticos pueden beneficiarse de tratamiento que incluya abordaje psicológico, higiene del sueño, terapia con litio; encontrándose en estudio el abordaje con esteroides intravenosos que parecen eliminar los episodios prolongados.
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