Niña de 6 años sin antecedentes que consulta porque las manos “se le arrugan” mucho tras el contacto con agua, independientemente de la temperatura e incluso con el uso de toallitas. No presenta otra sintomatología local ni sistémica asociada.
En la exploración física, tras haber sumergido las manos en el agua, se observa un engrosamiento cutáneo, con la aparición de placas blanquecinas aterciopeladas y aumento de los surcos palmares (Figuras 1 y 2).
Fig. 1. Tras sumergir las manos en agua unos segundos aparecen placas blanquecinas aterciopeladas y la piel adquiere un aspecto macerado.
Fig. 2. Aumento marcado de los surcos palmares tras el contacto con agua con persistencia de las pápulas blanquecinas y engrosamiento cutáneo.
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