Desde el punto de vista psicológico, la infancia es una etapa de máxima vulnerabilidad y por tanto objeto de protección. Pero también es un tiempo único en que cada niño va desarrollando sus capacidades de elección de forma progresiva, en función de lo que le permitan los adultos, hasta alcanzar la madurez suficiente para ser una persona autónoma.
Por ello, tanto la necesidad de protección como el respeto a sus derechos están legislados:
No hay comentarios