El estado de conciencia mejora, es capaz de seguir con la mirada, y se calma con la voz de los padres. La afectación periférica, en cambio, progresa a pesar de haberse iniciado tratamiento rehabilitador a los cinco días de vida. Únicamente es capaz de mover el cuello en horizontal y conserva la movilidad ocular y mímica facial. Pierde toda movilidad de extremidades, solo reacciona a estímulos dolorosos en las piernas con flexión retrasada de los dedos de los pies. Continua las fasciculaciones linguales y aparecen en los párpados.
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