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Leishmaniasis

Patógeno:

  • Leishmaniasis cutánea (botón de oriente): Leishmania tropica o L. infantum.
  • Leishmaniasis visceral (kala-azar): Leishmania donovani y L. infantum.

Transmisión: picadura del mosquito Phlebotomus. El reservorio más frecuente es el perro, pero también roedores, marsupiales o monos.

Clínica:

  • Leishmaniasis cutánea (botón de oriente): es la forma clínica más frecuente, aparece una pápula en el punto de inoculación, que da lugar a una costra que se desprende dejando una úlcera. Afecta más frecuentemente a niños.
  • Leishmaniasis visceral (kala-azar): más frecuente, aunque no exclusiva, de inmunodeprimidos. Cursa con fiebre nocturna, hepatoesplenomegalia, pancitopenia por afectación de la médula ósea e hipogammaglobulineamia IgG policlonal por activación de células B.

Diagnóstico: tinción de Giemsa para visualizar amascigotes o cultivo en medio específico Agar Novey-Macneal-Nicolle (NNN) o Schneider en una biopsia de médula ósea.

Tratamiento:

  • En la leishmaniasis visceral la anfotericina B liposomal es de primera elección, tanto en inmunocompetentes como en imnumodeprimidos.
  • En el caso de la leishmaniasis cutánea el tratamiento farmacológico es más debatido, y depende de varios factores, como el grado de afectación y las comórbilidades. Se puede realizar tratamiento tópico con paramomicina o imiquinob, intralesional con antimoniales o de forma sistémica con antotericina B, entre otros.
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