La eficacia en niños es limitada y mejorable.
En menores de 2 años la eficacia es escasa y entre los niños de 2 y 9 años se estima en un 50-65 %. La eficacia de la vacuna depende también, además de la edad del vacunado, del grado de similitud entre las cepas de los virus incluidos en las vacunas y de los virus que estén en circulación durante la temporada gripal, el tipo de vacuna empleada, el método empleado para determinar la efectividad vacunal (test negativo, casos y controles, cohortes) y los criterios de laboratorio para la confirmación de gripe. Así pues, la evaluación de los beneficios que aporta la vacuna antigripal es complicada porque depende de muchos factores12.
En los niños menores de 2 años se ha documentado una menor respuesta inmunitaria y una menor protección ante las vacunas. Sin embargo, algunos autores13 han estudiado la respuesta inmunológica tras la administración de vacunas inactivadas, en niños entre 6 meses y 3 años, y han observado que, en los niños de 1 año, la vacunación previa mejoraba los niveles de anticuerpos tras recibir la vacuna antigripal.
En sujetos de más edad, adultos ancianos, las vacunaciones repetidas pueden inducir una disminución de la respuesta, bien por mecanismos relaciones con una menor respuesta conforme más edad del vacunado o por posible interferencia de los anticuerpos previos frente a nuevas administraciones de antígeno.
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