Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el concepto de calidad asistencial es la medida en la cual los servicios de salud que se ofrecen a individuos y poblaciones de pacientes mejoran los resultados de salud deseados.
Prestar una buena calidad asistencial consiste en conseguir hacer bien lo que se debe de hacer en cada proceso que es atendido, hacerlo con un uso adecuado de los recursos y de forma que queden satisfechos quienes reciben esa asistencia.
Por tanto, la calidad asistencial pasa por conseguir la adecuación de la práctica clínica, la excelencia de esta y la satisfacción de quien la recibe. Esto requiere la participación de profesionales sanitarios, de gestores, y de la población receptora de la asistencia.
Alcanzar estos tres logros en la asistencia sanitaria significa conseguir la calidad científico-técnica y la calidad percibida, ambas necesarias para hablar de calidad asistencial:
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