Radiografía de tórax de un paciente pediátrico con neumonía por SARS-CoV-2.
Ante la sospecha de COVID-19, generalmente se recomienda la realización de una radiografía de tórax. En pacientes pediátricos con síntomas leves sin patología de riesgo podría evitarse su uso, asegurando una vigilancia estrecha. Se recomienda especialmente si hay fiebre persistente. Las características radiológicas de la afectación pulmonar por SARS-CoV-2 son inespecíficas respecto a otras neumonías virales. Sin embargo, en un contexto epidemiológico con alta circulación comunitaria de SARS-CoV-2, estos hallazgos son altamente sugestivos de enfermedad COVID-19.
Estos pacientes presentan habitualmente alteraciones radiológicas bilaterales con distribución subpleural y periférica, que van desde opacidades en vidrio esmerilado en las formas más leves hasta consolidaciones en las formas más graves.
Entre las alteraciones observadas en la radiografía de tórax18:
La tomografía computarizada (TC) de tórax19,20 ha demostrado mayor sensibilidad en la detección de alteraciones pulmonares. Sin embargo, su mayor coste y radiación deberían restringir su uso a casos seleccionados.
La ecografía transtorácica presenta ventajas respecto a la radiografía simple, con mayor sensibilidad en el diagnóstico de COVID-19. La ausencia de radiación facilita su uso como técnica de control evolutivo. Sin embargo, precisa de mayor entrenamiento. Los hallazgos fundamentales son: