Un porcentaje importante de los niños infectados por SARS-CoV-2 no presentan síntomas o son paucisintomáticos. La falta de estudios serológicos amplios y los criterios de cribado microbiológico actuales dificulta conocer el número exacto de pacientes asintomáticos. Esto podría tener un importante impacto epidemiológico, al ser una fuente de contagio oculta en la comunidad.
La presentación clínica6,10 en el paciente pediátrico es significativamente diferente a la del adulto, habiendo casos puntuales con una forma “típica del adulto”. Los síntomas mayoritarios son fiebre y tos, los cuales están presentes en la mitad de los casos. Otros síntomas habituales son rinorrea y odinofagia, descritos en torno al 30-40% de los casos. De forma más infrecuente, algunos casos presentan síntomas digestivos, principalmente diarrea.
En los recién nacidos predominan los cuadros de fiebre, pudiendo acompañarse de síntomas catarrales. Los lactantes menores de 1 año pueden desarrollar un cuadro similar a una bronquiolitis de otra etiología, con fiebre, dificultad respiratoria e infiltrados radiológicos, que pueden empeorar precisando oxigenoterapia. Los niños mayores presentan un cuadro de neumonía con fiebre, tos e infiltrados de diversa consideración. Pueden acompañarse de disnea, sobre todo en los mayores, y dolor torácico.