La tinea capitis es una dermatofitosis producida por agentes etiológicos del grupo Trichiohyton o Microsporum. La manifestación más frecuente es una o varias placas descamativas, pruriginosas, con alopecia incompleta debido a la presencia de pelos cortos y rotos junto con otros largos y normales, así como la presencia de puntos negros que corresponden con el lugar de los pelos rotos.

En efecto, el favus y el querion corresponden a las formas más graves e inflamatorias de esta entidad. El favus es una forma cicatricial caracterizada por la presencia de pústulas y costras amarillentas. El querion aparece como una masa que drena pus, junto con linfadenopatías regionales.

La tinea capitis es una alopecia reversible tras emplear tratamiento antifúngico correcto. Las formas más graves y prolongadas sí pueden ser irreversibles. La vía de administración de los antifúngicos es oral, empleándose el tratamiento tópico en forma de champú como adyuvante para reducir la extensión y difusión de las esporas y el riesgo de contagio.

Los principales fármacos empleados son la griseofulvina y terbinafina vía oral. Otros, como itraconazol y fluconazol, también son efectivos, pero más caros. El tratamiento tópico solo se emplea como adyuvante. En las formas inflamatorias, además, se añaden corticoides orales en las primeras fases.