Se produce por la acumulación de exudado en el oído medio sin inflamación aguda. Suele haber una disfunción de la trompa de Eustaquio, lo que impide la correcta ventilación. Algunos pacientes están asintomáticos, pero otros refieren leve dolor de oído, sensación de taponamiento o pérdida de audición. En la otoscopia se observaría retracción timpánica y niveles hidroaéreos con burbujas en el oído medio.

Es un proceso infeccioso-inflamatorio que afecta a la mucosa y periostio de la cavidad del oído medio, donde se acumula exudado. Los microorganismos implicados con más frecuencia son S. pneumoniae y H. influenzae no tipificable. En la otoscopia se observaría hiperemia, abombamiento, exudado y, en ocasiones, perforación con otorrea.

Se caracteriza por la presencia de perforación timpánica, inflamación y exudado en el oído medio de forma asintomática o con clínica leve de manera prolongada (más de 6 semanas). En la otoscopia se observa perforación timpánica central. Los agentes etiológicos implicados con más frecuencia son los mismos que en la OMA, pero también es habitual encontrar P. aeruginosa y S. aureus. El tratamiento consiste en antibiótico tópico, como el ciprofloxacino ótico. Es conveniente recoger cultivo de exudado ótico en otitis media crónica con otorrea si el tratamiento previo ha fallado. Los casos refractarios se deberían derivar a Otorrinolaringología.

Se caracteriza por la presencia de ampollas o bullas en la membrana timpánica de contenido seroso o hemático. Suele producir otalgia intensa debido a la distensión por las bullas. Cursa con otorrea serohemorrágica si se rompe la bulla, lo que se acompaña de disminución del dolor. Sin embargo, no se produce perforación timpánica al estar la capa intermedia intacta. Aunque la miringitis bullosa puede presentarse de manera aislada, normalmente acompaña a una otitis media aguda.