Artículo original:
Pilar Orive FJ, López Fernández YM. Oxigenoterapia de alto flujo. An Pediatr Contin. 2014;12:25-9.
La oxigenoterapia de alto flujo es una forma de administrar oxígeno humidificado (humedad relativa del 95-100%) y calentado hasta un valor cercano a la temperatura corporal (34-40 °C) que permite flujos de hasta 40-60 litros por minuto. El hecho de alcanzar estas cifras se debe en parte a la excelente tolerancia que se produce en los pacientes.
Los efectos atribuidos incluyen mayor concentración de oxígeno conseguida, lavado del espacio muerto nasofaríngeo, disminución de resistencia inspiratoria, mejora de la distensibilidad y elasticidad pulmonar, reducción del trabajo metabólico y aporte de cierto grado de presión de distensión alveolar.
La oxigenoterapia de alto flujo ha demostrado mejorar el patrón ventilatorio disminuyendo la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardiaca y las necesidades de oxígeno, pero generalmente no influye en la presión parcial de dióxido de carbono ni en el pH. Su mayor utilidad en Pediatría se ha demostrado en pacientes con bronquiolitis, aunque no hay ensayos controlados que avalen su eficacia.
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