La malaria importada se produce cuando una persona que vive normalmente en un área donde no existe transmisión viaja a una zona endémica y allí es picada por un mosquito infectado. Al regresar a su país de origen, y coincidiendo con el fin del periodo de incubación de la infección, la persona desarrollará sintomatología clínica debida a la malaria.
Cualquier síndrome febril que aparezca en el contexto de un viaje reciente a una zona endémica de malaria deberá hacer sospechar la posibilidad de un caso de malaria importada, que sin diagnóstico y tratamiento rápido, puede ser rápidamente mortal. En nuestro país se documentan unos pocos centenares de casos de malaria importada al año, pero al ocurrir en individuos sin ningún tipo de inmunidad previa adquirida, su asociación con complicaciones es mayor de lo habitual.