Debemos tener en cuenta de que existen muchas variaciones anatómicas y del desarrollo, puesto que estamos tratando con personas en periodo de crecimiento. Así, observamos cambios en el tórax del neonato y lactante respecto al niño mayor. El tórax del niño pequeño tiene una morfología trapezoidal y costillas más horizontales. El niño mayor va adquiriendo una morfología triangular típica del adulto, con mayor eje vertical.
Además, el grado de inspiración de la radiografía afecta a la apariencia de la silueta cardiaca.
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