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CMV. Repercusión en el recién nacido

El 90% son asintomáticos al nacer, pero el 13% desarrollan secuelas como sordera (7%) y coriorretinitis (2%).

Los síntomas más frecuentes son:

  • Hepatoesplenomegalia, ictericia con hiperbilirrubinemia conjugada, petequias o púrpura, citopenias.
  • Afectación ocular: coriorretinitis ± estrabismo y atrofia óptica.
  • Alteraciones del sistema nervioso central (SNC): microcefalia, hiperproteinorraquia, calcificaciones cerebrales, ventriculomegalia, quistes germinolíticos, quistes periventriculares, displasia cortical, alteración de la sustancia blanca, vasculopatía estriata.

El retraso del crecimiento intrauterino y la microcefalia aparecen hasta en la mitad de los casos sintomáticos.

La secuela más frecuente es hipoacusia neurosensorial progresiva (30-50% de los casos sintomáticos). El riesgo se relaciona con la carga viral elevada en sangre, el retraso del crecimiento intrauterino, la presencia de petequias y de hepatitis.

La β2-microglobulina en LCR tiene valor pronóstico. Valores >7,9 mg/l aumentan 3 veces el riesgo de discapacidad. Este dato, junto con la RM, presenta una S del 87% y E de 100% para predecir secuelas.

La mortalidad en CMV sintomático es del 4%, y puede deberse a disfunción hepática o cerebral grave, hemorragia por trombopenia grave, coagulación intravascular diseminada o infecciones bacterianas secundarias.

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