El ictus arterial isquémico es un déficit neurológico focal de comienzo agudo que dura más de 24 horas, con evidencia en la neuroimagen de un infarto cerebral compatible con una obstrucción en un territorio arterial. La clínica de nuestra paciente no dura más de 24 horas y tampoco se ha demostrado obstrucción vascular.

Teniendo en cuenta que se trata de una paciente oncológica que ha recibido múltiples tratamientos quimioterápicos y la gran variedad de efectos adversos que presentan estos, la neurotoxicidad farmacológica debe ser uno de nuestros principales diagnósticos de sospecha.

No es correcto, se habla de AIT ante un déficit neurológico focal que se resuelve antes de 24 horas y en el que no se evidencian alteraciones neurorradiológicas. Nuestra paciente tenía una neuroimagen alterada.

En el trastorno conversivo existe una pérdida total o parcial de la función motora o sensitiva en una parte del cuerpo. La mayoría de los niños que lo sufren presenta debilidad en las piernas o una forma extraña de andar y, en ocasiones, son totalmente incapacitantes. Otros síntomas pueden ser la pérdida total o parcial de visión y el mutismo. Los síntomas suelen aparecer después de un evento traumático y tienden a remitir después de semanas o meses. Nuestra paciente tiene una neuroimagen alterada, por lo que este no debe ser nuestro diagnóstico de sospecha.